La ruptura de una relación de pareja es un evento significativo en la vida de cualquier persona. En general, se acompaña de una montaña rusa de emociones que pueden ser abrumadoras: el dolor de la pérdida, la incertidumbre sobre el futuro, la sensación de soledad y el cuestionamiento de uno mismo. Si bien, en estos momentos el apoyo de la familia y amigos se hace imprescindible y el mejor antídoto, en ocasiones, podemos no sentirnos capaces de salir del abatimiento de la pérdida. Es en momentos como éstos, cuando buscar apoyo y considerar el tratamiento psicológico puede convertirse en una herramienta valiosa para navegar por esta difícil transición.
Algunos objetivos del apoyo psicológico serán:
El impacto emocional de una ruptura es muy doloroso, si bien, poniendo en marcha mecanismos y estrategias podemos facilitar la elaboración del duelo y, tras un periodo de tiempo, poder volver a ser la persona que éramos y seguir disfrutando de nuevas relaciones o de nuestra vida en solitario.
La separación o el divorcio cuando hay hijos involucrados plantea una serie de aspectos psicológicos cruciales tanto para los padres como para los niños. Este proceso puede ser emocionalmente desafiante para todas las partes, y es fundamental abordar estos aspectos de manera cuidadosa y comprensiva.
Priorizar el bienestar emocional de los hijos y buscar apoyo tanto para ellos como para los padres, puede facilitar esta transición y ayudar a construir un camino hacia un futuro más saludable y feliz para todos los involucrados.
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